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Los autónomos trabajan contrarreloj

La Seguridad Social y Hacienda ocasionan desvelos al autónomo. En la línea de salida, los autónomos trabajan a contrarreloj y enarbolan la bandera de la libertad de empresa.

La pista es intrincada y llena de detalles. Además de trabajar, el autónomo debe conocerse bien para cumplir sus obligaciones ¿Está comenzando su vida de autónomo? ¿Qué edad tiene? ¿Trabaja solo o contrata? ¿Es socio de un negocio? Cada pregunta tiene una tasa de cotización diferente relativa a la Seguridad Social, lo que se complica más cuando emerge Hacienda.

En ese marco, la solvencia es un objetivo muy codiciado, pero al alcance del autónomo a través de mecanismos como los descuentos de pagarés urgentes y facturas, que dan un respiro de liquidez para empresas y trabajadores. Un retraso en una factura puede desequilibrar las arcas y un adelanto de dinero puede ayudar a recomponerlas.

Precisamente, Fideco ofrece la posibilidad de realizar el descuento de pagarés de manera rápida (en 24 horas) y sencilla. Además, se obtienen las mejores condiciones de financiación con una empresa con cuatro décadas de experiencia y sin necesidad de abrir cuentas ni comprar seguros o realizar un largo papeleo, ya que se realiza una negociación directa y sin intermediarios.

Cómo los autónomos trabajan y lo que les repercute la Seguridad Social y Hacienda

La regulación de la Seguridad Social para 2016 (cambia cada año) arranca con un cuota de autónomos de 267,03 euros mensuales, que deben ingresarse en la Tesorería Nacional para menores de 47 años con 893,10 euros como ingreso mensual (más del 80 % de los autónomos se acogen a ella).

Pero hay letra pequeña, ya que existe una cuota obligatoria de protección contra la incapacidad temporal (salvo para la pluriactividad) que suma 2,8 % (hasta 29,8 %). Esta última suma coloca el mínimo real en 267,03, con la excepción mencionada, la cual tiene un recargo de 0,1 % para riesgo durante embarazo y lactancia.

Los nuevos autónomos cuentan con una tarifa plana de 50 euros, que aumenta progresivamente hasta el primer año y medio, pero es un beneficio corto.

A partir de los 48 años existe otro régimen, como para quienes participan en una sociedad o contratan empleados.

Hacienda también está en el camino y exige el pago del IRPF (Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas), que se paga trimestralmente; IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), también trimestral y que debe recaer sobre el cliente final; e IAE (Impuesto a las Actividades Económicas, con exención para casi todos los autónomos). Estos impuestos se pagan antes de los días 20 de abril, julio y octubre y hasta el 30 de enero.

La mínima cotización del IRPF es de 19 % para ingresos anuales por 12.450 euros al año y tiene cuatro escalas más con un máximo del 45 % para los ingresos por 60.000 euros. La base final dependerá de los movimientos económicos del trabajador durante el período.